Ellas son las víctimas en santiago
Santiago.- Cristina –bautizo ficticio- es delgadita. Los ojos le brillan y sólo enrudece la voz para calmar la gritería de la docena de niños que asaltan la galería de su abuela.En la salita de una casa sin pañete recuerda los días en que “andaba mucho en la calle” y con mejor narración que su historia, habla de las andanzas de su amiga Yuli, de quien dice se ha ido a la cama “hasta con haitianos” por cien pesos.Madre adolescente de un niño de ocho meses, Cristina vive en Cienfuegos, un núcleo urbano de 32 barrios donde residen cerca de 200 mil habitantes. Allí, entre callejones de tierra amarilla y callecitas empinadas tapizadas de pobres cobijas, viven niñas y adolescentes que como Marta han estado y rondan los peligrosos laberintos de la prostitución POR ELGOBIERNODELALINEA.COM
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