Las conexiones eléctricas ilegales siguen siendo un mal sin cura

Las conexiones eléctricas ilegales en barrios del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo siguen siendo un mal sin cura, pese a que cada  vez son más las víctimas que fallecen a causa de alto voltaje.

En sectores marginados, e incluso en otros no tanto, es común ver los postes del tendido eléctrico cargados de una maraña de alambres que asustan de tan sólo pensar que hay que pasar por debajo de ellos. 

En un recorrido realizado ayer por varios sectores, a propósito de la reciente tragedia que el pasado viernes cobró la vida a una familia haitiana de cuatro miembros a causa de un cortocircuito, en el sector Los Tres Brazos, se observó la gran cantidad de personas que se exponen a situaciones similares de peligro, pues viven rodeados de cables eléctricos mal conectados.
En la calle El Barco, de la Ribera del Ozama, Santo Domingo Este, un hombre conectaba un alambre de un poste sin el más mínimo temor. 
“Aquí todo el mundo arregla su luz, porque cuando hay una avería y la gente llama, la brigada de EdeEste nunca aparece. Aunque uno tenga miedo tiene que hacerlo para no quedarse oscuro”, fue la respuesta que dio Rodolfo Rojas, quien comparte junto a su familia en una humilde casucha construida de zinc.  




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