Cuando el sexo se convierte en una mala idea
Dicen que el sexo es divertido (tiene toda la pinta, sí), pero no siempre es una buena idea. No hablo de los “ahora no, que me duele la cabeza”, ni de los problemas orofaríngeos que pueda acarrear determinadas prácticas. Hablo de esas veces en las que el “Oh, Dios” no es una exclamación de gozo, sino de temor o dolor. LEER MÁS>>>
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