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OTRA PELÍCULA DOMINICANA QUE SE FUE AL HOYO

La vimos. Sí, ya la vimos a la tal película que lleva por título “I love bachata”. Y lo menos que podemos decir es que, si el film dura una hora y media, a los quince minutos estábamos más que deseosos de que terminara.
Porque sucede que este film le pasa casi lo mismo que le sucediera a “Pimp Bullies” y  que, aunque parezca  mentira, le ha sucedido a la enorme mayoría de las cintas que han ido apareciendo por esta tierra que, a ratos nos da la terrible impresión de que se encuentra bajo el influjo terrible de una especie de maldición en lo que a cine se refiere.
Y esa maldición tiene que ver, sobre todo, con lo que se refiere al guión.
O sea, si van a ver la película, traten de ir pensando en los detalles de las cosas que van sucediendo. Para empezar, los chicos se reúnen y forman un grupo musical. Uno de ellos toca la guitarra y de buenas a primeras nos enteramos de que el Robertico también toca la guitarra y así, de esa manera, les vemos ensayando durante dos días, recuerden, dos días.
A los dos días, entonces, el muy avispado individuo que funge como organizador del grupo, les pone a tocar en un cabaretucho donde todos los presentes, desde el dueño del local  hasta los asistentes, terminan diciendo que los intérpretes no sirven para nada.LEER MÁS>

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