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¿Sobreviviría la agricultura de EE.UU. sin indocumentados?

Trabajadores de una plantación de Alabama.
Los dueños de las plantaciones de Alabama se enfrentan a un panorama sombrío.
Impotentes, contemplan cómo se pudren sus cosechas, sin haber encontrado aún sustitutos para los miles de indocumentados que hasta hace menos de un mes recogían sus tomates y papas en largas jornadas bajo el sol.
La entrada en vigor de la ley migratoria estatal, considerada la más severa de EE.UU., provocó un éxodo en los campos de este estado sureño y pocos estadounidenses o residentes legales desempleados han ocupado esos trabajos.
Si nada cambia, la situación se agravará en febrero cuando comience la temporada de siembra en los invernaderos. Ante el temor a la ruina, los empresarios agrícolas se han movilizado para exigir una solución al gobernador, el republicano Robert Bentley.
A pesar del incierto futuro para la agricultura de Alabama, en EE.UU. continúan escuchándose las voces de quienes piden más leyes como la de este estado, que desde el 28 de septiembre permite a la policía exigir los documentos a cualquier sospechoso de no tener permiso para permanecer en el país. Además, autoriza a las escuelas a revisar el estatus migratorio de sus alumnos.
El dilema de los agricultores de Alabama ha sido visto por los activistas hispanos como una prueba contundente de que el país no puede prescindir de los sin papeles.
Su reivindicación es respaldada por economistas que advierten que si se aprobara una ley como la de Alabama a escala nacional, las consecuencias para la agricultura serían catastróficas.LEER MÁS>>

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