Dormir mal aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas
Ocurren muchas cosas en nuestro cuerpo mientras dormimos. Además de descansar mente y cuerpo, producimos hormonas y proteínas vitales. Por el contrario, dormir poco o mal altera muchos procesos del organismo. Investigaciones demuestran que la mayoría de las personas necesitan de 7 a 8 horas de sueño para funcionar óptimamente. Si no se logra dormir suficiente en las noches, puedes comprometer tu salud e incluso puedes llegar a acortar tu vida. Desde la infancia hasta la vejez, los efectos de la falta de sueño pueden incidir profundamente sobre la memoria, el aprendizaje, la creatividad, la productividad y la estabilidad emocional, así como sobre tu salud física.
Especialistas de diversas facultades de medicina, han establecido que diversos sistemas corporales se ven afectados negativamente por la falta de sueño, como el corazón, los pulmones, los riñones, entre otros. Además, el apetito, el metabolismo y el control de peso pueden variar debido a una mala o corta noche de sueño. El sistema inmune (la resistencia a enfermedades), la sensibilidad al dolor, tiempo de reacción (reflejos), el humor y la función cerebral se ven seriamente afectados si no dormimos lo suficiente y con óptima calidad. El sueño deficiente también es un factor de riesgo para la depresión, que puede llevar al abuso de ciertas sustancias.
De acuerdo con Luis Felipe Encarnación, otorrinolaringólogo y especialista en medicina del sueño, de la Academia Dominicana de Medicina del Sueño, la calidad, cantidad y oportunidad con características que influyen para tener un buen sueño. “Para que el sueño sea reparador y cumpla su misión de brindarle descanso al organismo se debe de dormir un número determinado de horas cada día, que van de 6 a 9 horas. Pero hay que tener presente que cuando se duerme menos de 6 y más de 9 horas igualmente hace daño a la salud. Estas cantidades se han establecido en base a estadísticas sobre cómo se sienten las personas cuando duermen estos tiempos. En cuanto a la oportunidad, es una de las cualidades a la que menos importancia se le da. Las horas de sueño hay que dormirlas a una hora específica, ya que no es lo mismo dormir 8 horas de noche, que 8 de día.
El experto explica que las personas que tienen dificultades para dormir presentan consecuencias negativas para la salud: tienen mayores índices de estrés y, por ende, más hipertensión, lo que da paso a desarrollar enfermedades cardiovasculares. Es decir, estas personas tienen 4 veces más la posibilidad de morir de enfermedades del corazón, que quienes sí duermen bien.
“El no tener un descanso adecuado durante las noches produce también somnolencia, que provoca, a la vez, un déficit en la actividad laboral, lo que también se refleja en la seguridad en el trabajo, pues si la persona desempeña labores que ameriten de mucho cuidado se pueden cometer errores y accidentes trágicos”, dice Encarnación . Y es que la reducción de las horas de reposo, debido a trastornos como el insomnio o los ronquidos, deja a la persona en un estado semejante a la embriaguez.
Factores que influyen en el mal sueño
El consumo excesivo de bebidas excitantes (coca-cola, café, té e incluso el chocolate negro) así como el alcohol dificultan la conciliación o mantenimiento del sueño. Es importante verificar si existe este tipo de hábitos puesto que es en la adolescencia cuando se inicia su consumo. Otros factores a mencionar son las condiciones físicas de la cama, la habitación, ruido, luz y la temperatura.
Intente dejar de fumar. Al principio el sueño empeora porque se sentirá excitado, pero pasado ese período el sueño mejorará junto con el estado general de su cuerpo.
Para dormir mejor se debe realizar ejercicio de forma regular, pero no antes de acostarse (excepto los ejercicios de relajamiento), ya que puede actuar como un excitante dado que estimula el organismo. Idealmente el ejercicio se debería realizar a media tarde. Intente acostarse y levantarse siempre a la misma hora. Crear un hábito le ayudará a dormir bien. Si no tiene sueño no se acueste ni intente forzar el sueño.
Especialistas de diversas facultades de medicina, han establecido que diversos sistemas corporales se ven afectados negativamente por la falta de sueño, como el corazón, los pulmones, los riñones, entre otros. Además, el apetito, el metabolismo y el control de peso pueden variar debido a una mala o corta noche de sueño. El sistema inmune (la resistencia a enfermedades), la sensibilidad al dolor, tiempo de reacción (reflejos), el humor y la función cerebral se ven seriamente afectados si no dormimos lo suficiente y con óptima calidad. El sueño deficiente también es un factor de riesgo para la depresión, que puede llevar al abuso de ciertas sustancias.
De acuerdo con Luis Felipe Encarnación, otorrinolaringólogo y especialista en medicina del sueño, de la Academia Dominicana de Medicina del Sueño, la calidad, cantidad y oportunidad con características que influyen para tener un buen sueño. “Para que el sueño sea reparador y cumpla su misión de brindarle descanso al organismo se debe de dormir un número determinado de horas cada día, que van de 6 a 9 horas. Pero hay que tener presente que cuando se duerme menos de 6 y más de 9 horas igualmente hace daño a la salud. Estas cantidades se han establecido en base a estadísticas sobre cómo se sienten las personas cuando duermen estos tiempos. En cuanto a la oportunidad, es una de las cualidades a la que menos importancia se le da. Las horas de sueño hay que dormirlas a una hora específica, ya que no es lo mismo dormir 8 horas de noche, que 8 de día.
El experto explica que las personas que tienen dificultades para dormir presentan consecuencias negativas para la salud: tienen mayores índices de estrés y, por ende, más hipertensión, lo que da paso a desarrollar enfermedades cardiovasculares. Es decir, estas personas tienen 4 veces más la posibilidad de morir de enfermedades del corazón, que quienes sí duermen bien.
“El no tener un descanso adecuado durante las noches produce también somnolencia, que provoca, a la vez, un déficit en la actividad laboral, lo que también se refleja en la seguridad en el trabajo, pues si la persona desempeña labores que ameriten de mucho cuidado se pueden cometer errores y accidentes trágicos”, dice Encarnación . Y es que la reducción de las horas de reposo, debido a trastornos como el insomnio o los ronquidos, deja a la persona en un estado semejante a la embriaguez.
Factores que influyen en el mal sueño
El consumo excesivo de bebidas excitantes (coca-cola, café, té e incluso el chocolate negro) así como el alcohol dificultan la conciliación o mantenimiento del sueño. Es importante verificar si existe este tipo de hábitos puesto que es en la adolescencia cuando se inicia su consumo. Otros factores a mencionar son las condiciones físicas de la cama, la habitación, ruido, luz y la temperatura.
Intente dejar de fumar. Al principio el sueño empeora porque se sentirá excitado, pero pasado ese período el sueño mejorará junto con el estado general de su cuerpo.
Para dormir mejor se debe realizar ejercicio de forma regular, pero no antes de acostarse (excepto los ejercicios de relajamiento), ya que puede actuar como un excitante dado que estimula el organismo. Idealmente el ejercicio se debería realizar a media tarde. Intente acostarse y levantarse siempre a la misma hora. Crear un hábito le ayudará a dormir bien. Si no tiene sueño no se acueste ni intente forzar el sueño.
Celebración
El 14 de este mes se conmemora el Día Mundial del Sueño, una iniciativa de la Organización Mundial de la Medicina del Sueño para concienciar a la población sobre la necesidad de dormir bien para poder vivir mejor.
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El 14 de este mes se conmemora el Día Mundial del Sueño, una iniciativa de la Organización Mundial de la Medicina del Sueño para concienciar a la población sobre la necesidad de dormir bien para poder vivir mejor.
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