Cristian Castro asegura que no está "en un buen momento personal"
"No estoy en un buen momento personal, de hecho es uno de los más inestables y turbulentos y de los de más choque conmigo mismo", ha reconocido hoy en Madrid este artista eminentemente romántico, que acumula más de 30 discos de platino y 65 de oro a lo largo de una dilatada trayectoria musical que arrancó en 1992 con "Agua nueva".
Explica que tanto trabajo y, por ende, tantos viajes, el último de ellos a España, conllevan unalto precio que se paga con soledad. "Es difícil lograr algo muy real así", dice, pero el intérprete de "Azul" no está dispuesto a renunciar a su carrera.
"No voy a hacer nada al respecto. Seguiré siendo un soñador, un cantante que trata delograr cosas con su oficio", sentencia Castro, que está inmerso en la promoción delsegundo capítulo de una gran experiencia discográfica en directo.
"Primera fila. Día 2" (Sony Music) es, como su nombre indica, el CD+DVD surgido del segundo concierto consecutivo que ofreció ante una audiencia reducida y acompañado de una orquesta a finales de 2012 en Los Angeles (EE.UU.).
"Me sentí mejor en el primer día. Manejar tantas letras, mucha memoria... Me estresé más en el segundo, pero finalmente creo que fue el que mejor quedó", asegura Castro, que dicehaberse sentido muy inspirado por el acústico previo de su compatriota Julieta Venegas.
Si en "Primera fila. Día 1" le acompañaron artistas como su no menos famosa madre, la actrizVerónica Castro -"fue muy emocionante cantar con ella", dice-, en esta ocasión se rodea deBenny Ibarra, Jorge Celedón y Jimmy Zambrano para tocar cinco temas inéditos y reinterpretar desde la "sencillez" y con nuevos arreglos muchos de sus éxitos, como "Lloviendo estrellas".
También está Mario Domm, autor del nuevo sencillo promocional "Déjame conmigo", un tema "up-tempo" que ve muy parejo con ese estilo suyo, impreso en canciones como "Mejor así" o "No podrás", en las que las relaciones personales se dirimen entre "el juego y el reproche".
"Creo que me exigí mucho y logré mucho", dice del balance final de este vigésimo cuarto disco, cuyas características lo convertían "en un reto enorme", pues ante una audiencia tan cercana y en un formato tan desnudo los fallos se aprecian aún más.
"Quería demostrar que podía hacerlo en una sola toma y me cuidé durante un mes para hacer un buen papel", cuenta, presumiendo de haber alcanzado una madurez vocal, lejos de la "sobreactuación" en la que, como él mismo reconoce, cayó a veces en un intento por "demostrar" demasiado.
Dos años después de su última visita a España, Castro cumplirá en este viaje una "ilusión" abrigada desde hacía "mucho tiempo", la de recoger este viernes uno de los galardones en la gran gala de la Cadena Dial en Valladolid, antes de regresar previsiblemente en agosto para ofrecer algunos conciertos en el país. EFE
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